Las palabras se perdían entre recuerdos bañados por cerveza y música estridente. Los ojos se encontraban a medio camino entre su espacio y el del mundo.. Deseaban abrazarse y compartir un solo segundo más sus vidas…un solo segundo más…El tiempo empezó a castigar su mutua compañía…cogieron sus relojes imaginarios y los enterraron en el jardín de la ignorancia. Ahora estaban jugando contra el tiempo, rebelándose ante el sol y desafiando a la luna. Les era indiferente, solo querían seguir disfrutando y compartiendo, un solo segundo más, sus vidas.De repente, un leve roce convierte las conversaciones de antaño en un beso cargado de pasión, lujuria y melancolía. Y tras ese beso, otro, y una nueva caricia que se pierde donde se escapan las lágrimas, donde se suicidan las emociones retenidas por la moral…EL sofá se viste con sus cuerpos temblorosos, aún vestidos…aún desnudos de discordias.La música deja de ser la banda sonora del momento para pasar a fundirse con los cuerpos en el viejo sofá, sorprendido por la pasión.Una caricia, un nuevo beso, y una mirada que alcanza los límites de la locura…una mirada imposible de aguantar, imposible de olvidar…Ellos se habían despreocupado del tiempo…solo querían compartir un segundo más, sus tristes vidas.En silencio, aquella cama que les acogió un día, les vuelve a observar con la misma ternura que aquel día pasado. Vuelven a lanzarse al vacío de su frío colchón, entre las verdes paredes, bajo un techo opresivo, que ni siquiera ya, les molesta. De nuevo caricias, besos, miradas, oscuridad y placer…sencillo, suave y a la vez extremo…De nuevo gotas de sudor resbalando por sus pequeños cuerpos…de nuevo manos que se perdían donde se convocaban los sueños…lujuria, melancolía…y el tic tac de los relojes riendo desde la lejanía.Otra vez, desearon que no acabara nunca…que siempre pudieran estar así, los dos juntos, disfrutando, compartiendo, sus vidas. Lamentablemente, los dos cuerpos que vistieron el sofá y castigaron la cama de sábanas de papel , aquellos cuerpos que querían entregarse todo, y gozarse mutuamente para siempre, estaban condenados a separarse y a estar siempre separados…el vacío inundó sus corazones y quedó aquella música sonando en recuerdo de ese memorable momento. Recuperaron sus relojes y su razón y rozando sus bocas, un solo segundo más, se separaron de nuevo…algún día, volverán a encontrarse y de nuevo, desafiarán al tiempo con sus únicas armas: su deseo y melancolía.
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