miércoles, 17 de junio de 2009
Esta es la historia...
La historia de una mesa vacía aguardando la noche bajo la sombra de una vela que se extingue...la historia de alguien que intentó apoderarse del firmamento mirando al horizonte y desafiando a los demonios de su alma...Esta es la historia de un pincel sin colores, de un cuadro a medio hacer y de un libro que quedó sin final...la historia de unos gritos mojados en papel y vino..la historia de unos ojos tristes que deambulan buscando algo que observar con alegría...Esta es la historia de un suspiro quemándose en un vaso vacío...y de unas lágrimas desbordando un destino que nunca se cumplió...Esta es la historia de un sueño a medio dormitar y de miles de vidas intentándolo cazar sin alcanzarlo...pues es un sueño demasiado valioso para ser propiedad de miles de mentes ingratas.Este es el cuento de nunca acabar...el de la tristeza golpeando unas mejillas sonrojadas por el miedo...el de las palabras que empuñan el cuchillo de la vanidad...una historia que no tiene ni un principio ni un final y que siempre deviene...Y en algún punto de la narración, la mesa se vuelve ceniza y la vela incendia las entrañas del olvido. Y el pincel, en blanco y negro cuenta el desenlace de ese libro sin terminar...los ojos admiran su destino en ese sueño inalcanzable...y el suspiro asfixia a quien nunca dejó de soñar...y las lágrimas cubren mejillas sonrojadas...y me clavo en el pecho el cuchillo de la soledad.
Serrín en la muñeca
Me he encontrado serrín en una de mis muñecas
de tanto cortar armarios que dan a la eternidad...
y ahora que tengo más madera que pacienciase
me ha olvidado serrar.
Así van mis sentimientos, subiendo y bajando al sueloc
omo en una montaña rusa que se pierde en el averno...
Así mis ansias se pierden entre bosquajes eternos.
.que guardo tras las paredes que se ocultan en mi seno.
Un portazo. Y suenan las campanas;las campanas de un cuarto sin ventanas
donde se forjó la soledad...Y la pintura que se corre en mis entrañas
aquella que me cubre y me disfraza
hoy no sabe a vanidad.
Ahora, si ahora, me olvidaré de aquel escapulario
que ahoga la juventud.
Y con esa madera vieja, madera del antiquario
construiré un ataud.
Para enterrar mis desquicios,
y liberar mi incerteza
y celebrar los comicios
de esta, mi pobre cabeza.
Me he encontrado serrín en la muñeca...
no es lo mío el fraccionar
la leña que en mi cabeza
me tapa la eternidad.
de tanto cortar armarios que dan a la eternidad...
y ahora que tengo más madera que pacienciase
me ha olvidado serrar.
Así van mis sentimientos, subiendo y bajando al sueloc
omo en una montaña rusa que se pierde en el averno...
Así mis ansias se pierden entre bosquajes eternos.
.que guardo tras las paredes que se ocultan en mi seno.
Un portazo. Y suenan las campanas;las campanas de un cuarto sin ventanas
donde se forjó la soledad...Y la pintura que se corre en mis entrañas
aquella que me cubre y me disfraza
hoy no sabe a vanidad.
Ahora, si ahora, me olvidaré de aquel escapulario
que ahoga la juventud.
Y con esa madera vieja, madera del antiquario
construiré un ataud.
Para enterrar mis desquicios,
y liberar mi incerteza
y celebrar los comicios
de esta, mi pobre cabeza.
Me he encontrado serrín en la muñeca...
no es lo mío el fraccionar
la leña que en mi cabeza
me tapa la eternidad.
Déjame
Déjame que te desnude el pensamiento, poco a poco...con mis manos pudorosas, cuando todo esté en silencio.Déjame que abra la puerta del deseo y que lance a tus infiernos palabras y un poco de sudor espeso...déjame dormir en tus entrañas y darle envidia al calor asfixiante por sentirme tan ardiente.Le diremos a la locura que pase de largo o que deje en la mesilla de nuestra habitación algún desvarío frenético...algún libro que hable de lo indecente y d elo productivo.Déjame que te golpee los sentimientos con mi pelvis...y notar como tus nervios a flor de piel me visten en la frialdad de la nada.Déjame vivir en ti sin ser tu mismo...sentir como eres cuando estas ausente o cuando te extasías en noches de soledad.Déjame ser tu sin ser contigo, solo una vez, como antes, como siempre y como nunca. Y ambos podremos encontrar el veneno de lo invencible.
martes, 16 de junio de 2009
El lago de las almas en celo...
El lago de las almas en celo...
Hace mucho pero que mucho tiempo, en un lugar sombrío y cruel de aquellos que ves en fotografías de antaño y duele su melancolía, hubo un lugar ajeno a cualquier cambio, a cualquier heroicidad y a cualquier fantochada del momento. Un lugar donde solo era pensable el placer absoluto y el goce extremo...
Ese lugar del que os hablo estaba cerca del puente de los suicidios ajenos. Ese puente era de un color azul que inspiraba paz y desconfianza. Simulaba un limbo y llevaba a pobres desgraciados a su salto final. Ese lugar del que os hablo estaba muy cerca y era muy contrario al puente. Allí no había ni paz, ni sosiego: solo se podía respirar deseo y depravación. Un azufre dulzón rodeaba las tierras del lugar…un azufre que olía a caramelo y que despertaba la sexualidad de quien era capaz de percibir su aroma.
Yo solo fui uno de los viajeros afortunados que pudo contemplar ese Paraíso mundano, lleno de colchones etéreos; lleno de eyaculaciones del color del marfil y lleno de sudor lascivo. Solo uno de los pocos afortunados que pudo beber de las aguas del lago de las almas en celo.
Cerca del lugar, había un convento de aquellos de clausura en los que el sol y la razón solo entran por debajo de las puertas. Un convento de esos de monjitas que quieren encomendar su alma a Dios teniendo al diablo tan cerca. Eran monjitas de aquellas que rezan 100 veces mientras el mundo fuera sigue su curso; que rezan y rezan mientras los párrocos se ocupan de vestir y desvestir a monaguillos inocentes.
Y cerca del lago también había un pueblo. Un pequeño pueblo honrado lleno de familias hambrientas y desdichadas; de esas familias que venden 3 manzanas por una hogaza de pan. Un pueblo donde todos se habían olvidado de soñar, de gozar…Solo vivían con el afán de vivir y de ceder sus ilusiones a la Iglesia para salvar sus almas pecadoras de pobreza.
Yo estuve en ese pueblo…pude también ver ese convento y ahora puedo contar lo que pasó.
Fue una tarde de abril, de esas que amenazan tormenta. Una gota cayó al suelo y las nubes vomitaron lluvia durante una semana. Si si, ¡Una semana! Y no lluvia de aquella que solo humedece las flores…no. Lluvia fina, amenazadora, fría, oscura.
La gente buscaba escondites por doquier…pero nadie estaba a salvo. Nadie menos yo, que escalé a lo alto de una montaña desnuda que se refugiaba de cualquier nube y temporal.
Y tras una semana de lluvia el lago de las almas en celo se hizo un mar tremendamente enorme...arrasando a golpes de sexo y lujuria todo lo que le pillaba cerca. La gente del mísero pueblo y del hastiado convento, pensaban que Dios se había enfadado con el ser humano. Pero era el diablo el que había enfurecido viendo mucha falta de perversión en las gentes de la zona.
El pecado ahora era una balsa que se extendía.¡Y el lago rodeó montañas, y coronó valles con semen de caramelo y azufre! ¡y dejó, en su costa más dulce y petulante, el pueblo de los desdichados y el convento de las puritanas! ¡Y las monjitas sucumbieron a la orgía sin desdén alguno! ¡y las familias honradas sucumbieron al placer y al deleite de un baile sexual desenfrenado! ¡Y hubo orgamos para todos! ¡Hubo sexo sin fin, sin ton ni son...sexo con cristo y sin cristo...con dilemas, sin perdón!
Tras semanas y semanas de orgía la gente desgastó sus almas en esa fiesta delirante e inoportuna. Y las almas de esas personas que se sentían míseras y de aquellas que vivían para Dios se unieron para siempre, bajo las aguas, a las almas que nunca cesaban en su fiesta bacchanal! Las aguas volvieron a su cauce y el lago se hizo pequeño hasta convertirse en un charco que se evaporó en el glande de la imaginación.
Aún siento la satisfacción de haber vivido ese momento y haberlo contado...
Como supondréis, yo solo era un mísero Voyeaur que desde esa montaña que me salvó de la lluvia practiqué el onanismo más plácido. Hoy en día me mantengo joven e inmortal para contar este cuento al mundo entero, generación tras generación. Me mantengo aquí como único testimonio y aún espero poder encontrar ese magnífico lugar de nuevo.
Cuenta la leyenda, que donde se hallaba ese convento, ese pueblo...y ese lago...ahora se haya el imperio religioso más poderoso del mundo. Que es allí donde la gente piensa que se haya la representación de Dios en la tierra, cuando lo que se esconde es la perdición más lasciva y carnal. No lo dudo. Dicen que donde se produjo dicho pecado nunca jamás reinaría más la pobreza ni la castidad ni la honra. Entonces...tiene que ser allí...
Rebeca Jabonero Avilés
Hace mucho pero que mucho tiempo, en un lugar sombrío y cruel de aquellos que ves en fotografías de antaño y duele su melancolía, hubo un lugar ajeno a cualquier cambio, a cualquier heroicidad y a cualquier fantochada del momento. Un lugar donde solo era pensable el placer absoluto y el goce extremo...
Ese lugar del que os hablo estaba cerca del puente de los suicidios ajenos. Ese puente era de un color azul que inspiraba paz y desconfianza. Simulaba un limbo y llevaba a pobres desgraciados a su salto final. Ese lugar del que os hablo estaba muy cerca y era muy contrario al puente. Allí no había ni paz, ni sosiego: solo se podía respirar deseo y depravación. Un azufre dulzón rodeaba las tierras del lugar…un azufre que olía a caramelo y que despertaba la sexualidad de quien era capaz de percibir su aroma.
Yo solo fui uno de los viajeros afortunados que pudo contemplar ese Paraíso mundano, lleno de colchones etéreos; lleno de eyaculaciones del color del marfil y lleno de sudor lascivo. Solo uno de los pocos afortunados que pudo beber de las aguas del lago de las almas en celo.
Cerca del lugar, había un convento de aquellos de clausura en los que el sol y la razón solo entran por debajo de las puertas. Un convento de esos de monjitas que quieren encomendar su alma a Dios teniendo al diablo tan cerca. Eran monjitas de aquellas que rezan 100 veces mientras el mundo fuera sigue su curso; que rezan y rezan mientras los párrocos se ocupan de vestir y desvestir a monaguillos inocentes.
Y cerca del lago también había un pueblo. Un pequeño pueblo honrado lleno de familias hambrientas y desdichadas; de esas familias que venden 3 manzanas por una hogaza de pan. Un pueblo donde todos se habían olvidado de soñar, de gozar…Solo vivían con el afán de vivir y de ceder sus ilusiones a la Iglesia para salvar sus almas pecadoras de pobreza.
Yo estuve en ese pueblo…pude también ver ese convento y ahora puedo contar lo que pasó.
Fue una tarde de abril, de esas que amenazan tormenta. Una gota cayó al suelo y las nubes vomitaron lluvia durante una semana. Si si, ¡Una semana! Y no lluvia de aquella que solo humedece las flores…no. Lluvia fina, amenazadora, fría, oscura.
La gente buscaba escondites por doquier…pero nadie estaba a salvo. Nadie menos yo, que escalé a lo alto de una montaña desnuda que se refugiaba de cualquier nube y temporal.
Y tras una semana de lluvia el lago de las almas en celo se hizo un mar tremendamente enorme...arrasando a golpes de sexo y lujuria todo lo que le pillaba cerca. La gente del mísero pueblo y del hastiado convento, pensaban que Dios se había enfadado con el ser humano. Pero era el diablo el que había enfurecido viendo mucha falta de perversión en las gentes de la zona.
El pecado ahora era una balsa que se extendía.¡Y el lago rodeó montañas, y coronó valles con semen de caramelo y azufre! ¡y dejó, en su costa más dulce y petulante, el pueblo de los desdichados y el convento de las puritanas! ¡Y las monjitas sucumbieron a la orgía sin desdén alguno! ¡y las familias honradas sucumbieron al placer y al deleite de un baile sexual desenfrenado! ¡Y hubo orgamos para todos! ¡Hubo sexo sin fin, sin ton ni son...sexo con cristo y sin cristo...con dilemas, sin perdón!
Tras semanas y semanas de orgía la gente desgastó sus almas en esa fiesta delirante e inoportuna. Y las almas de esas personas que se sentían míseras y de aquellas que vivían para Dios se unieron para siempre, bajo las aguas, a las almas que nunca cesaban en su fiesta bacchanal! Las aguas volvieron a su cauce y el lago se hizo pequeño hasta convertirse en un charco que se evaporó en el glande de la imaginación.
Aún siento la satisfacción de haber vivido ese momento y haberlo contado...
Como supondréis, yo solo era un mísero Voyeaur que desde esa montaña que me salvó de la lluvia practiqué el onanismo más plácido. Hoy en día me mantengo joven e inmortal para contar este cuento al mundo entero, generación tras generación. Me mantengo aquí como único testimonio y aún espero poder encontrar ese magnífico lugar de nuevo.
Cuenta la leyenda, que donde se hallaba ese convento, ese pueblo...y ese lago...ahora se haya el imperio religioso más poderoso del mundo. Que es allí donde la gente piensa que se haya la representación de Dios en la tierra, cuando lo que se esconde es la perdición más lasciva y carnal. No lo dudo. Dicen que donde se produjo dicho pecado nunca jamás reinaría más la pobreza ni la castidad ni la honra. Entonces...tiene que ser allí...
Rebeca Jabonero Avilés
Ensalada de desilusión
Atesoro mi tristeza en un rincón gris de mi cerebro. Y la acuno y mimo como nunca antes. Ella me devuelve esos gestos de cariño y ambas nos balanceamos gozando de nuestra bendita y maldita soledad.Fantaseo sobre días que han de venir y que no se que me deparan. Y vuelvo a sentir la gigante desesperación rompiendo de nuevo mi imaginación...acechandome desde una esquirda que se ha abierto de nuevo en mis sentimientos. Recuerdo...y al recordar, padezco...y con mis sensaciones agridulces me preparo una ensalada de desilusión, sin aceite que pueda lubricar el llanto que ni cae ni cesa, pero con toda la sal necesaria para que sigan doliendo las heridas.De nuevo perdida y sola ansío una respuesta para mi existir extraño...y para justificar cada espina que se ha hundido en mi mente angustiada...una mente que nunca descansa.Me nutro de un montón de ideas oscuras y quizás absurdas...y gracias a ella encuentro la compañia necesaria para seguir envolviendome en mi locura y mi pena.Me nutro de la utopía de un futuro mejor que seguirá fraguandose ante recuerdos y olvidos. Y me convenzo de que he de continuar hacía delante si caigo. Porque de agacharme muchas veces tengo las piernas fuertes, y he de seguir aunque me caiga de nuevo y mi camino sea barro.Por el momento solo ansío, fantasío, deseo...sin encontrar paz ni sosiego. Pues es difícil seguir sin fuerzas y luchando contra el tiempo que se fue con el invierno...y difícil también afrontar una primavera que maltrata, con la pena, esta parte gris de mi cerebro.
jueves, 11 de junio de 2009
Esta es la historia...
La historia de una mesa vacía aguardando la noche bajo la sombra de una vela que se extingue...la historia de alguien que intentó apoderarse del firmamento mirando al horizonte y desafiando a los demonios de su alma...Esta es la historia de un pincel sin colores, de un cuadro a medio hacer y de un libro que quedó sin final...la historia de unos gritos mojados en papel y vino..la historia de unos ojos tristes que deambulan buscando algo que observar con alegría...Esta es la historia de un suspiro quemándose en un vaso vacío...y de unas lágrimas desbordando un destino que nunca se cumplió...Esta es la historia de un sueño a medio dormitar y de miles de vidas intentándolo cazar sin alcanzarlo...pues es un sueño demasiado valioso para ser propiedad de miles de mentes ingratas.Este es el cuento de nunca acabar...el de la tristeza golpeando unas mejillas sonrojadas por el miedo...el de las palabras que empuñan el cuchillo de la vanidad...una historia que no tiene ni un principio ni un final y que siempre deviene...Y en algún punto de la narración, la mesa se vuelve ceniza y la vela incendia las entrañas del olvido. Y el pincel, en blanco y negro cuenta el desenlace de ese libro sin terminar...los ojos admiran su destino en ese sueño inalcanzable...y el suspiro asfixia a quien nunca dejó de soñar...y las lágrimas cubren mejillas sonrojadas...y me clavo en el pecho el cuchillo de la vanidad.
Fuego
Dolor…que es el dolor ahora? Nada…ya nada puede hacerme daño…demasiadas cicatrices por batallas de antaño..Demasiadas heridas marcadas en mi alma de piedra. Me hace daño, si…no puedo negarlo. Todo y nada. Se ha encendido un nuevo fuego en mis entrañas. Y me quema desde la inmensidad de mi interior. La llama se acrecienta…cada día…y el calor se extiende por todo mi cuerpo…La hoguera de mis sentimientos esta viva!! Yo la creí muerta pero estaba solo nadando en las nubes de lo imposible. No quiero aguas que liberen mi alma. Quiero seguir ardiendo de pecado!!! Y quemar mi estandarte…aquel que aglutina en si cada uno de mis ideales…quiero convertir una parte de mi vida en cenizas, de las que volver a brotar.
Esclavos del tiempo
En una tierra limitada por el odio y la penumbra, una vez el ser humano contempló algo maravilloso...Una vez, en esa tierra llena de desilusión y pena, empezaron a florecer unas flores maravillosa, competidoras de lo sobrenatural...nunca antes vista por el ojo humano.La luna se escondía tras una montaña coronada de sangre y los hienas lloraron de emoción al contemplar tan dichoso nacimiento. Y en el suelo se hizo una esquirda, y un sol espontáneo sorprendió a unos pueblos y a unos valles consternados por el dolor.Lo extraño del caso es que la luna, admirando tan hermoso festival, decidió no aparecer y dejar su sitio al sol para que brillara en toda su magnificencia. Y los días ya no fueron ni cortos ni largos...tan solo fueron. No existían las horas, y la oscuridad pasó a ser un recuerdo de los más ancianos...Los años pasaron y jornales enteros de sol acabaron por empezar a secar esas flores que un día habían vuelto a ofrecer la esperanza de la vida...el ser humano de nuevo empezó a sufrir...la rábia, la ira y el cansancio azotaban a personas que habían quemado su piel cerca de las flores azules...El ser humano empezó a morir junto al hermoso paisaje...La luna no comprendía porque el ser humano no admiraba la luz y no sabía apreciarla, y volvió a aparecer una noche cualquiera...La Luna decidió castigar al ser humano por su insensatez.Como castigo sembró de esclavitud el territorio..una esclavitud que aún se sigue padeciendo, puesto que todos, a ritmo de tic tac, somos esclavos del tiempo.
Malditos los prejuicios..
Maldito ruido desafiante...de música electrónica y pitidos infernales...Malditas señoritas de tacón delgado,con sus faldas color pink y sus bolsitos de Mango.Carnaval multicolorde escaparates blindadosque ofrecen con ambiciónlo estridente y el espanto."Con un gloss color pasiónserás lo más cool de la fiesta..."Escucho sin pretensión,a alguna que va de princesa...que alardea de mansión,cuando no tiene ni puerta.Malditos los prejuicios que hoy me toca describir...Al pijo por ser tan pijo...y al emo por ser Delfínde una generación que sí creíade una generación que sí existió.Y que es solo el recuerdode alguna oscura canción.
Un solo segundo más...
Las palabras se perdían entre recuerdos bañados por cerveza y música estridente. Los ojos se encontraban a medio camino entre su espacio y el del mundo.. Deseaban abrazarse y compartir un solo segundo más sus vidas…un solo segundo más…El tiempo empezó a castigar su mutua compañía…cogieron sus relojes imaginarios y los enterraron en el jardín de la ignorancia. Ahora estaban jugando contra el tiempo, rebelándose ante el sol y desafiando a la luna. Les era indiferente, solo querían seguir disfrutando y compartiendo, un solo segundo más, sus vidas.De repente, un leve roce convierte las conversaciones de antaño en un beso cargado de pasión, lujuria y melancolía. Y tras ese beso, otro, y una nueva caricia que se pierde donde se escapan las lágrimas, donde se suicidan las emociones retenidas por la moral…EL sofá se viste con sus cuerpos temblorosos, aún vestidos…aún desnudos de discordias.La música deja de ser la banda sonora del momento para pasar a fundirse con los cuerpos en el viejo sofá, sorprendido por la pasión.Una caricia, un nuevo beso, y una mirada que alcanza los límites de la locura…una mirada imposible de aguantar, imposible de olvidar…Ellos se habían despreocupado del tiempo…solo querían compartir un segundo más, sus tristes vidas.En silencio, aquella cama que les acogió un día, les vuelve a observar con la misma ternura que aquel día pasado. Vuelven a lanzarse al vacío de su frío colchón, entre las verdes paredes, bajo un techo opresivo, que ni siquiera ya, les molesta. De nuevo caricias, besos, miradas, oscuridad y placer…sencillo, suave y a la vez extremo…De nuevo gotas de sudor resbalando por sus pequeños cuerpos…de nuevo manos que se perdían donde se convocaban los sueños…lujuria, melancolía…y el tic tac de los relojes riendo desde la lejanía.Otra vez, desearon que no acabara nunca…que siempre pudieran estar así, los dos juntos, disfrutando, compartiendo, sus vidas. Lamentablemente, los dos cuerpos que vistieron el sofá y castigaron la cama de sábanas de papel , aquellos cuerpos que querían entregarse todo, y gozarse mutuamente para siempre, estaban condenados a separarse y a estar siempre separados…el vacío inundó sus corazones y quedó aquella música sonando en recuerdo de ese memorable momento. Recuperaron sus relojes y su razón y rozando sus bocas, un solo segundo más, se separaron de nuevo…algún día, volverán a encontrarse y de nuevo, desafiarán al tiempo con sus únicas armas: su deseo y melancolía.
Resistencia
No pienso bajarme la cremallera de la ilusión por los golpes fastuosos del destino. No pienso desprenderme de la esperanza que llena mi boca de alegres sonrisas y tímidos llantos. Porque frente a las adversidades mis pies pisan más fuerte la hierba muerta…porque las huellas de mi caminar pausado se tatuaran en la historia de algún modo…para bien o para mal. Porque aún queda futuro…Y pueden lanzarme pedazos de hierro para herir mi cabeza mientras miro al horizonte…pueden intentar engañar a mi mente con dulces manjares llenos de promesas infinitas…pero mis oídos saben diferenciar las mentiras de la bondad desinteresada. Y no cederé ante la injusticia. Y si cedo lo haré con mi verborrea por delante; una verborrea que resultará hiriente a los oídos de los farsantes…unas palabras que pueden coronar los cielos de dolor inaparente…No puedo caer…no puedo permitirme caer…porque en los días que corren el suelo esta ya demasiado lleno de sangre como para poner yo mi granito de arena con lágrimas rojas de desesperanza. No puedo caer porque las piedras de este mundo ya amenazan con matar más intereses…no puedo caer porque me he inventado unas alas nuevas que quizás me dejen ver todo lo que mi corazón ignora y lo que mis piernas no me dejan divisar…Se que he de encontrar el camino…la forma…la actitud que me lleve a la cúspide de los sueños del pasado. Y nada…ni palabras, ni piedras, ni nubes de incompetencia podrán detenerme en ese objetivo.Y cuando encuentre el descanso y pueda volver a reír y llorar tímidamente entonces escupiré en la frente de los in-nombrados…
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