Arrastrados por la incertidumbre de no saber realmente cual es el color de la verdad, nos sumimos en la noria de lo cotidiano con una sonrisa en los labios. Pero hoy cuesta más que otras veces sonreír…duelen los labios de morder el viento. Ojala algún día podamos elevarnos hacia la inmortalidad!
Anotaremos en el diario de nuestra existencia que nuestro corazón late más fuerte que las lágrimas de desesperanza.
Y quizás sobren las palabras frente a lo obvio…pues un gesto de desconsuelo o euforia son definitivos y definitorios respecto a lo que el lenguaje no llega a alcanzar con dibujos horizontales y verticales.Un día, sobraran las palabras y el viento nos devolverá sus heridas… cuando el infinito sea la única puerta hacia la eternidad
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Precioso...
ResponderEliminarY en estos momentos me siento incluso identificada...